“No es un trabajo sencillo, se necesitan tareas de inteligencia y vigilancia”, argumentó el jefe de la Dirección General de Investigación Criminal y Delitos Complejos, comisario Luis Núñez. De esa manera explicó por qué les tomó unos seis meses desbaratar una decena de bandas delictivas que acecharon distintos puntos de la provincia y que, en algunos casos, dieron golpes grandes.
Los policías que responden a Núñez (y a los jefes de la fuerza, Dante Bustamante y Mario Rojas) comenzaron a analizar los movimientos de estas bandas a mediados de septiembre del año pasado. A partir de ese momento, concretaron 40 detenciones de miembros de diferentes organizaciones delictivas. “De todos esos detenidos, actualmente hay 25 cumpliendo con la orden de prisión preventiva”, remarcó el comisario.
Según detalló Núñez, las bandas de menor peligrosidad eran tres: dos dedicadas a los “escruches” (robos que se cometen en propiedades cuando no hay moradores), que se caracterizan por la ausencia de armas de fuego y por actuar especialmente los fines de semana largos, y una banda de “descuidistas” o “pungas”, que estaba compuesta por tres miembros y operaban en el microcentro.
Siete organizaciones
Pero las organizaciones que más trabajo les demandó a los policías fueron las dedicadas a los robos agravados en casas de familia o locales comerciales. “Estas bandas son complejas, suelen tener armas largas y cortas, aunque se caracterizan por no efectuar disparos ni herir a las víctimas”, destacó Núñez. “No son inexpertos ni arrebatados, actúan con inteligencia”, añadió.
En el caso de las siete agrupaciones desbaratadas recientemente, otra de las características es que, si bien están integradas por tucumanos, siempre hay algún miembro de otra provincia. Además -agregó el comisario- todos sus integrantes tienen antecedentes y algunos contaban con pedidos de detención.
Teniendo en cuenta estos datos, los uniformados de la Dirección General de Investigación Criminal y Delitos Complejos debieron acudir a las policías de otras provincias, como Chaco, Santiago del Estero, Córdoba, Salta y Catamarca, de donde provenían algunos de los delincuentes. “Cada vez que realizábamos medidas intervenía mucho personal, se pedía la colaboración del Grupo CERO y de Infantería, y se hacían hasta 10 allanamientos simultáneos”, recordó Núñez.
Si bien las investigaciones continúan, el comisario aseguró que los autores de los principales robos cometidos durante las vacaciones de verano -tanto en los valles, como en el sur de la provincia y la capital- se encuentran tras las rejas.